En la producción de Cristian Camacho es frecuente el uso de la yuxtaposición de conceptos, de técnicas, de texturas y figuras. También es común la interacción entre elementos variables como los materiales y el ambiente, aprovechando las diversas gradaciones de luz que dependiendo de la hora generan distintos efectos de color, o entre la pieza y el espectador, cuya percepción de la obra está muchas veces condicionada por su ubicación espacial respecto de ella.

El artista emplea materiales que crean superficies estratégicamente diseñadas para transformarse con las variaciones de la luz. Sus primeras obras se caracterizan por el uso de filtros de seguridad para pantallas, aplicados sobre distintas superficies y textos para sumir en las sombras mensajes y escritos de diversas índoles. Camacho explora el dibujo utilizando patrones geométricos y pigmentos a través de diversas técnicas que incluyen materiales como acrílicos, papel neón, cintas de colores o mármol. Su maestría con el uso de la luz sorprende al espectador de maneras discretas, ya que los objetos proyectan sombras en distintas tonalidades que actúan como una anti sombra en colores luminosos. En sus instalaciones emplea estrategias afines de contraste, entre transparencias y materiales pesados para lograr efectos de ligereza y luminosidad.

Recientemente su obra ha explorado la pintura sobre lienzo con un estilo que remite al puntillismo o incluso a la técnica de coloreado Ben-Day, usual en las tiras cómicas de mediados del siglo pasado. Este juego de superposiciones es una continuación de sus exploraciones previas con los contrastes de color y textura, pues cada aplicación de pintura tiene la forma y la textura de los mosaicos de vidrio o cerámica, aunque se trata de óleo sobre tela.